BOARDS OF BRIXTON
Un skater no tan joven, miope y con cara de despistado. Vaqueros usados, usadísimos y llenos de polvo, camiseta negra, zapatillas deportivas con grandes agujeros y una vieja mochila con la tabla a la espalda. El pub estaba lleno de gente, la mayoría ancianos del viejo Brixton, elegantemente vestidos, sentados alrededor de pequeñas mesas, charlando animadamente mientras el jazz se entremezclaba con el ruido de los vasos. Sábado, tarde casi noche, mi sesión de skate en el Stockwell Skatepark acababa de terminar y de camino hacia la Brixton Tube Station me encuentro con este escenario. No había comido y las energías comenzaban a flaquear por lo que decidí compartir un trocito de rutina con los ancianos jamaicanos de la zona en aquel maravilloso espacio. La experiencia fue tan deliciosa como la oscurísima Guinness que me bebí en pocos minutos, disfrutando de la música negra y de la visión de esa importante parte de la historia inglesa que es la inmigración jamaicana.
Tuve poco tiempo para visitar el barrio, dos días no dan para mucho. Pude probar el famoso Brixton Beach (nombre popular del Stockwell Skatepark) y constatar que es uno de los mejores tributos al skate de los años 70 que se pueden encontrar en Europa. La parte antigua está formada por un bowl compuesto de varias dunas, mientras la parte moderna cuenta con un semibowl con cooping con varias hips y unos wallride-banks bastante verticales. El todo está perfectamente conectado, lo que permite enlazar maniobras entre las diferentes secciones. Los locales son realmente amistosos, sonrientes y dispuestos a compartir las curvas del Stockell con el visitante. El entorno es maravilloso, casas populares, tiendas africanas y asiaticas, peluquerías afro y personas de todos los colores.
1 comentario
gelito -