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SKATEANDO

TENGO UN REFUGIO

Es curioso como fluyen los pensamientos, como hay cosas, detalles, que hacen que se despierten en tu mente los recuerdos más recónditos. Hoy me he encontrado con las fotos de un amigo, fotos del viejo Bilbao, de ese Bilbao postindustrial y romántico que tanto me gustó y me gusta, aunque cada vez sea más difícil encontrarlo. De esas fotos he pasado a una canción de Doctor Deseo, "Morirse en Bilbao", y de ahí a pensar en mi refugio. Sí, tengo un refugio. Un refugio secreto en un sitio realmente insospechado, lejos de todo y muy cerca de un Alma común que me une a ciertas personas muy especiales. Recuerdo un día, de pequeño, tenía unos doce o trece años y estaba tumbado debajo de un cerezo mirando al cielo entre las ramas. Ví las nubes que pasaban altas. Pues hoy, con treinta y seis años sigo mirando al cielo en cada ciudad donde voy. Me voy a un parque y miro al cielo a través de las ramas de los árboles. Me concentro en esa imagen y me parece estar bajo aquel cerezo. Me gusta porque hace que me sienta seguro, tranquilo. Mientras tanto sigo visitando mi refugio cada vez que puedo y cada vez que lo necesito, cuando estoy harto de todo, cansado de asfalto y de relaciones sociales. Vuelvo al sitio donde todo empezó, si es invierno enciendo un fuego y miro las brasas y si es verano me tumbo bajo el cerezo. Sí, bajo aquel cerezo.

                                       Un saludo

                                                  Iván

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