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SKATEANDO

SEGURIDAD

Es curioso como en ocasiones los extremos encuentran lugares comunes o como encontramos lugares comunes en situaciones y lugares realmente diferentes. Hace unos meses estuve un fin de semana en una pequeña aldea del Sueve llamada Borines, concretamente en casa de unos amigos que regentan el Bar El Santi. Caminando entre los árboles del bosque sentí sensaciones que curiosamente había experimentado durante mi estancia en Nueva York. Aquí en Milán en los días soleados suelo ir al parque y me gusta perderme entre los árboles, buscar un claro y mirar al cielo para encontrar el mismo paisaje que de pequeño veía en Hoz de Arreba, un pequeño pueblo de Burgos que guarda parte de mis raices y que considero como uno de mis refugios. Gracias a las sensaciones que me ofrecen estos momentos es mucho más fácil vivir lejos de los lugares que consideras "sentimentalmente seguros". Cuando vivía en México a veces me pasaba semanas completamente sólo, en la ciudad, sin hablar con nadie conocido, pero el toparme con estas sensaciones o simplemente con nombres conocidos  (Restaurante Prendes, Almacenes Avilés, Cantina el Asturiano...) hacía que me sintiese como en casa.

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